Sentado con una mano en la mejilla
Y mi sombra atenta que me apadrina,
Trato de terminar mi trabajo
Pero algo distrae mis tareas
Es el espíritu de ella,
Que da vueltas a mi silla.
Ya no se que hacer para olvidarla,
amordaza mis pensamientos
cada vez que se le antoja
y hace que mis puertas abran
solo al pedido de su boca.
He intentado de todo ,
tome agua de lluvia de agua hervida,
me bañe en un rió de espinas,
subi a los montes empinados
de aquella exótica isla,
y escuche durante todo un día,
los cantos sublimes y delirantes,
de una sirena de la china.
Solo me queda una cosa
Para que este amor no se resista
y vaya hacia otros lares soñados,
allí donde la luna llena
ilumine su silueta divina.
Le daré forma de poesía…
y con solo plasmar en lineas
este amor que todavía me invita,
se ira lejos hasta el mar,
lanzándome a los brazos calidos
de ese ángel de alas seductoras
que hoy mis salones transita,
pero recordándola siempre a ella,
quien me amo tanto ,
como a su propia vida.
Autor: Jorge Serra Colina.
Y mi sombra atenta que me apadrina,
Trato de terminar mi trabajo
Pero algo distrae mis tareas
Es el espíritu de ella,
Que da vueltas a mi silla.
Ya no se que hacer para olvidarla,
amordaza mis pensamientos
cada vez que se le antoja
y hace que mis puertas abran
solo al pedido de su boca.
He intentado de todo ,
tome agua de lluvia de agua hervida,
me bañe en un rió de espinas,
subi a los montes empinados
de aquella exótica isla,
y escuche durante todo un día,
los cantos sublimes y delirantes,
de una sirena de la china.
Solo me queda una cosa
Para que este amor no se resista
y vaya hacia otros lares soñados,
allí donde la luna llena
ilumine su silueta divina.
Le daré forma de poesía…
y con solo plasmar en lineas
este amor que todavía me invita,
se ira lejos hasta el mar,
lanzándome a los brazos calidos
de ese ángel de alas seductoras
que hoy mis salones transita,
pero recordándola siempre a ella,
quien me amo tanto ,
como a su propia vida.
Autor: Jorge Serra Colina.
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