dissabte, 10 de setembre del 2011

Informe de caricias


La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen.

La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada.

ES la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria.

Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto.

Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia.

Es claro que lo mejor
no es la caricia en si misma
sino su continuación. 

Mario Benedetti


Mujer exquisita

Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel, si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo, si los rollitos no te generan trauma, si nunca has sufrido de anorexia, si tu estatura no afecta tu desarrollo personal, si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas, si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas, si sabes cómo se prepara un arroz, si puedes preparar un almuerzo completo, si tu prioridad no es ser rubia a como de lugar, si no te levantas a las 4:00 a.m. para llegar primera al gimnasio, si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo sin una gota de maquillaje en el rostro... ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN....

Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz. Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.

Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes....Los que estamos fuera de foco somos los hombres) sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

Y un HOMBRE??... UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así... Que se siente orgulloso de tenerla como compañera.... Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento... Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes....

La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser 'Muy machas' nos llevan gran recorrido... ¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque...!

Tonto y mil veces tonto el hombre que come mierda en la calle, teniendo un exquisitímo manjar en casa.
Gabriel García Márquez
 
 

Escucha lo que no te digo


"No te dejes engañar por mí.
No permitas que te engañen mis apariencias.
Porque no son más que una máscara,
quizá mil máscaras que temo quitarme,
aunque ninguna me representa.
Doy la impresión de estar seguro,
de que todo va viento en popa,
tanto dentro como fuera,
de que soy la confianza personificada,
de que la calma es mi segunda naturaleza,
de que controlo la situación
y de que NO TENGO NECESIDAD DE NADIE.
Pero no me creas, te lo ruego.
Externamente puedo parecer tranquilo,
pero lo que ves es una máscara.
Por debajo, escondido, está mi verdadero yo
sumido en la confusión, el miedo y la soledad.
Pero lo escondo.
No quiero que nadie lo sepa.
Me aterra pensar que pueda saberse.
Por eso tengo constantemente necesidad
de crear una máscara que me oculte,
una imagen pretenciosa que me proteja
de las miradas sagaces.
Pero esas miradas son precisamente mi salvación,
y lo sé perfectamente,
con tal que vayan acompañadas
de la aceptación y del amor.
Entonces, esas miradas, se convierten
en el instrumento que puede liberarme de mí mismo,
de los mecanismos de defensa
y las barreras que he levantado entorno a mí,
en el instrumento que puede mostrarme aquello
de lo que no consigo convencerme:
que realmente tengo un valor.
Pero esto no te lo digo,
no tengo coraje:
Me da miedo que tu mirada no venga acompañada
de la aceptación y del amor.
Quizá temo lo que pueda pensar,
que puedas cambiar de opinión sobre mí,
que te burles de mí
y que tu sonrisa me fulmine.
En el fondo, lo que temo es no valer nada,
y que tú te des cuenta y me rechaces.
Por eso sigo con mi juego
de pretensiones desesperadas,
con una apariencia externa de seguridad
y con un niño tembloroso por dentro.
Despliego mi desfile de máscaras
y dejo que mi vida se convierta en una ficción.
Te cuento todo lo que no importa nada,
y nada de lo que de verdad importa,
de lo que me consume por dentro.
Por eso, cuando reconozcas esta rutina,
no te dejes engañar por mis palabras:
escucha bien lo que no te digo,
lo que querría decir, lo que necesito decir,
pero no consigo decir.
No me agrada esconderme, te lo aseguro,
me encantaría ser espontáneo, sincero y genuino,
pero tendrás que ayudarme.
Por favor, tiéndeme tu mano,
aún cuando parezca que eso es lo último que deseo.
Tú puedes sacar a la luz mi vitalidad,
cada vez que te muestras amable, atenta y diligente,
cada vez que tratas de comprenderme,
cada vez que me aceptas tal y a pesar de lo que soy.
Porque me quieres,
mi corazón palpita y renace.
Quiero que sepas lo importante que eres para mí
y el poder que tienes, si quieres,
de sacar a la luz la persona que yo soy.
Escúchame, te lo ruego.
Tú puedes derribar las barreras
tras las que me refugio,
tú puedes arrancar mi máscara,
tú puedes liberarme de mi prisión solitaria.
¡No me ignores! ¡No pases de largo, por favor!
Ten paciencia conmigo.
A veces parece que, cuanto más te acercas,
tanto más me revelo contra tu presencia.
Es irracional, pero es así:
combato aquello de lo que tengo necesidad.
Así somos los humanos muchas veces
Pero el amor, el amor de Dios que habita en ti,
es más fuerte que toda resistencia,
y ahí reside mi esperanza,
mi verdadera esperanza.
Ayúdame a derribar las barreras
con tus manos firmes,
pero a la vez delicadas,
pues dentro de mí habita un niño
y un niño es siempre muy frágil.
¿Te preguntas quién soy?
Soy alguien a quien conoces muy bien.
Soy cada persona con quien te encuentras.
Soy... tú mismo".