divendres, 29 d’abril del 2011

Por tu besos yo muero

Hoy, mi amor, tengo ganas de ti,
de tus ardientes besos en mi piel,
de tu corazón latiendo en vaivén,
de la dulzura que desprende miel.

Reposar mi cabeza en tu pecho,
acurrucado como niño en tu corazón,
atusando mi pelo tus finos dedos,
ensoñando tu amor con anhelo.

Hoy tengo ganas de ti, mi amor…
echo tanto de menos tu presencia
que sin ella mi vida es un fracaso,
un imperecedero ocaso.

Me duele tanto la lejanía
que viviendo muero sin tus besos,
sin la dulzura de poder rozar tu cuerpo,
de no conseguir oír tu voz melodiosa.

El tiempo no es el olvido,
ni la lejanía el témpano hielo,
si tú me quieres y yo te quiero,
lo demás son desconsuelos.

Soñarte quiero, amarte deseo,
no existen barreras en el cielo,
ni dioses ni acatamientos,
que impidan nuestros anhelos.

Joshua

Los nocivos celos

Los nocivos celos.

El Crono corre sorprendido,
incomodado al ver al ser humano,
luchando por resaltar de los demás,
enjuiciando la honestidad con trauma
que son celos de tu propia alma

Si amor debes dar, ama a los demás,
confía en los dones de la humanidad,
no hay que recluirse en la propia verdad,
hogueras encendidas de fuertes llamas.
que son celos de tu propia alma

Si el alma que tus luces solas ama,
consagrará sus votos a otro templo,
nadie extraña, oh amada, el ejemplo
en tu sospecha de tu nueva llama,
que son celos de tu propia alma.

Mas yo, aunque tu belleza me desarma,
cuando más observante la contemplo,
la pena del rigor severo en mi hace templo
y apruebo las ruinas de mi fama,
que son celos de tu propia alma.

No ignores, aun quien idolatra te adora,
que ninguno merece tal recompensa
de tu amor a sus ansias y desvelos;
de afanes desbordados esclavizada
que son celos de tu propia alma.

Pues sus finezas rústicas desdoran
si aspira a más que a la merced inmensa
y al premio inestable de tus diligencias,
que el amor sólo se doblega a una rama,
que son celos de tu propia alma.

Amar es confiar hasta en los aires amargos,
en las tempestades imaginarias inventadas,
cuando un alma ama se unen dos corazones,
dos mentes se funde en una sola enamorada,
que lo demás son celos de tu propia alma.

Dicen que el que ama celos debe sentir,
investigar a ser amado sus movimientos,
acosarlo con interrogaciones incansables,
la experiencia nos dice que eso no es amar,
que son celos de tu propia alma.

Jeshua

Sólo a veces


A veces
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión qué día es hoy en la sala de espera del dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.

A veces
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona que amas y eso te da un tremendo escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te enervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.

A veces
una muchacha canta y estás triste y la quieres
un ingeniero agrónomo te saca de quicio
una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.

A veces
explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre que en vida fue tu amigo
disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien no hace ni caso
hablan del tiempo y sueñas en una chica egipcia
apagan las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.

A veces
esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una servilleta de papel muy fino
hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea morder a tu vecina
subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta te violara antes del cuarto piso
repican las campanas y amas al campanero o al cura o a Dios si es que existiera
miras a quien te mira y quisieras tener el poder necesario para ordenar que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes del mundo.

A veces
sólo a veces gran amor.

A veces
alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
alguien te da un pañuelo
alguien te pregunta con pasión qué día es hoy en la sala de espera del dentista
alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
alguien oye tu nombre y se pone a llorar.

A veces
encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona que amas y eso te da un tremendo escalofrío
vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora y piensas en sus ojos y en su pelo
estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
tocas un pie y te enervas como una quinceañera
regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.

A veces
una muchacha canta y estás triste y la quieres
un ingeniero agrónomo te saca de quicio
una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.

A veces
explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre que en vida fue tu amigo
disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien no hace ni caso
hablan del tiempo y sueñas en una chica egipcia
apagan las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.

A veces
esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una servilleta de papel muy fino
hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea morder a tu vecina
subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta te violara antes del cuarto piso
repican las campanas y amas al campanero o al cura o a Dios si es que existiera
miras a quien te mira y quisieras tener el poder necesario para ordenar que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes del mundo.

A veces
sólo a veces gran amor.