dissabte, 29 d’octubre del 2011

Tiempo de castañas

Es tiempo de castañas por Ana Blanco

Son muchas las ciudades españolas que perciben la llegada del otoño gracias a ese olor a castaña recién asada. Con los primeros días de frío, las castañeras comienzan la temporada  y sacan a la calle esos artilugios que parecen traídos del pasado y que ofrecen las primeras señales de que el verano y el buen tiempo ya se ha terminado. Se dice que ese fruto tan otoñal tuvo su origen en Asia  y que se fue extendiendo después hacia el sur de Europa y el este de Estados Unidos. Durante mucho tiempo, la castaña fue una base muy importante de la alimentación humana y una importante fuente de carbohidratos. Y es que los guisos se acompañaban de castañas hasta la llegada de la patata, que las desterró completamente a un segundo plano.
Tras esto, llegaron épocas de rechazo hacia la castaña, que fue consideraba como un fruto para mendigos por la burguesía. Desapareció de las distinguidas mesas e, incluso, un gran número de señoritas de la época se compraban castañas sólo para introducirlas  en sus bolsillos y calentarse las manos durante los fríos días de invierno.


Castañas, fuego y leyendas
Con la recogida de la castaña, que suele coincidir con las últimas semanas de octubre y las primeras de noviembre, se celebra desde tiempos inmemorables el magosto. Esta fiesta gira en torno a la castaña y el fuego y  es muy tradicional en el norte de España, especialmente en Galicia y El Bierzo. A pesar de que antiguamente era consideraba como una fiesta de pobres, de días de frío y de pocos alimentos sobre la mesa, actualmente se ha convertido en toda una celebración, en la que además de las castañas, corren también la carne, los chorizos o los buenos vinos de la zona.
Es costumbre realizar varias hogueras y tras haber asado las castañas, contar cuentos o leyendas y pintarse la cara con las cenizas como forma de atraer la buena suerte. Orense es la provincia en la que el magosto goza de mayor popularidad y allí se celebra el 11 de noviembre, coincidiendo con la festividad de San Martin de Tours.



Patrimonio gastronómico
En torno al gran numero de posibilidades culinarias que ofrece este fruto, se publicó este año "La Castaña. Patrimonio gastronómico", una obra gallega que ha sido considerada como uno de los mejores libros gastronómicos del mundo por Gourmand World Cookbook Awards y en el que  Ferran Adriá aporta sus conocimientos para sacarles el máximo partido en la cocina.
Cuenta uno de los mejores chefs del mundo que en el año 2007 descubrió la castaña tierna, aquella que es recogida en la segunda quincena del mes de agosto, y la empezó a utilizar en un buen número de platos por su saber delicado y su ligero toque amargo.

Y es que además del típico puñado de castañas asadas, este fruto ofrece un sinfín de grandes posibilidades que hacen las delicias de más de uno. Comenzamos con el sofisticado "Marrón glacé", es decir, las castañas confitadas que eran consideradas como un dulce exquisito por las damas de la época renacentista. Con este tipo de castañas, se elabora también la crema Marrón Glacé, perfecta para acompañar a un gran número de postres.

El helado de castañas es otra de las exquisiteces que se pueden elaborar con este plato, que también es ideal para combinar con alcoholes como el ron. En su versión salada, tenemos la sopa de castañas que funciona como un perfecto primer plato o el puré de castañas, de  muy fácil elaboración y que puede ser también el perfecto acompañante de carnes y verduras.