dimecres, 10 d’agost del 2011

4/ Sentimientos del Heroe


A pasado un día, en casa de los Montalvo, reina la calma, (esa calma ficticia y engañosa que cada uno intenta disimular como mejor puede y sabe) Satur, intenta adivinar que esta pasando  por que el Amo, apenas habla, Y cuando se viste de Aguila, no deja que le acompañe en las misiones, y regresa de madrugada, serio, triste, cavizbajo, como si llevara una pesada losa cargada a sus espaldas, Margarita apenas habla, se ha contagiado del maestro, pero al contrario que este, desde el  día anterior que la sintió llegar poco antes que al Maestro, luce una extraña sonrisa en su cara, Alonsillo ( como esta creciendo este muchacho ) los mira, cuando se reúnen a la mesa , y calla,  cosa extraña en el.
 
Ella da las buenas noches, sube la escalera y en la soledad de su habitación. Piensa
 
El recuerdo del sueño, la enciende toda, la enerva el alma, el de la noche anterior la calma.Siente la brisa de la noche, entrar por la ventana, un deseo oculto, aún no comprendido, la empuja hacia el tejado, no se pregunta por que, no quiere contestarse, se sienta admirando la noche, lo busca, sin querer reconocer, con su mirada.
 
Avanza la noche, ya no espera nada, la luna esta oculta, y de pronto la brisa se para, una voz rompe el silencio.
--¿Sola?Ya no lo esperaba, intentando esconder la turbación que le causa, se encoge de hombros y responde, con voz de no darle importancia
 --A no ser que quieras acompañarme.
El leve gesto de cabeza que el hizo parecía mostrar reticencia, pero inmediatamente se coloco cerca de ella, a su espalda. Su presencia era peculiar y le impedía concentrarse, especialmente en esos momentos en que él se encontraba tan cerca, con una mano  apoyada en la parte alta del tejado, Ese hombre desconocido en todos los aspectos para ella, musculoso, de mirada cautivadora y de un atractivo adivinado, la mira,  mientras ella cruzando los brazos, se refugia en su toquilla, intentando disimular ese temblor inoportuno, que se apodero de ella, al recordar su dulzura, el calor de sus brazos
--Tienes frío
Margarita negando sonrió, se llevo una mano hasta un mechón que se le había desprendido, del recogido, y se lo colocó detrás de la oreja. Aguila siguió con la mirada el movimiento de su mano, y sus ojos se detuvieron, en la suave mancha roja que tenia bajo la oreja.
Los recuerdos le golpean, la noche en su habitación, su piel, su aroma, vuelve a sentir el calor de su cuerpo, la pasión, siente un nudo en el estomago, una mordaza  en su corazón y aún así con un hilo de voz le pregunta 
--¿Qué te ha sucedido?
--Oh, nada—contesto ella, sintiendo como el rubor subía a sus mejillas—Es solamente un arañazo, gajes de venir andando entre los matorrales.
Margarita se rió, un poco nerviosa, porque de repente el se estaba acercando mas a ella con una expresión muy seria en el rostro. Con un solo paso se colocó justo delante de ella. Su tamaño, su fuerza—que resultaba evidente—era abrumadora. A esa corta distancia Margarita pudo ver los músculos bien dibujados que se marcaban y se movían debajo de su camisa negra.Y su olor era increíble, noto un ligero aroma  a cuero y a piel, y a algo mas denso, como una especie exótica que no conocía. Fuera lo que fuese, ese olor invadió todos sus sentidos como algo elemental y primitivo e hizo que se acercara  todavía mas a él en un momento en el que lo que debería haber hecho era apartarse.
El alargo la mano y Margarita aguantó la respiración al notar que le acariciaba la línea de la mandíbula con la yema de los dedos. La desnudez de ese contacto irradió calor sobre su piel, que se extendió hacia su cuello mientras el le acariciaba con la mano la sensible piel de debajo de la oreja y la nuca. Le acarició la mancha de su cuello con el dedo pulgar, esa tierna e inesperada caricia la hizo sentir una cálida languidez y un lento dolor que se arremolinaba en lo mas profundo de su cuerpo.
Se coloca a su espalda y Para su sorpresa, él se inclinó hacia delante y le dio un beso en el lugar donde tenia el supuesto arañazo. Los labios de él se entretuvieron en ese punto un instante, el tiempo suficiente para que ella comprendiera que ese gesto era preludio a algo mas.
Margarita cerró los ojos, sentía el corazón desbocado. No se movió y casi ni respiró mientras notaba el contacto de sus labios que se dirigían hacia su oreja, hacia su nuca  La besó con intensidad, y noto el latigazo del deseo a pesar de la suavidad y la calidez de los labios de él.
Margarita abrió los ojos y vio que él la estaba mirando, la suave tela negra volvia a tapar sus labios Los ojos de él tenían una expresión salvaje y animal que le provoco una corriente de ansiedad que le recorrió toda la espalda.Cuando finalmente fue capaz de hablar, la voz le salió débil , casi sin aliento.
--¿Tienes que hacer esto?
Esa mirada penetrante permaneció clavada en sus ojos
--Oh, si.
El se inclino hacia ella otra vez y le acaricio las mejillas, la barbilla y el cuello. Ella cerro los ojos, suspiro y el atrapo ese aire con un profundo beso, penetrándole la boca con la lengua.
Margarita lo recibió, vagamente consciente de que las manos de él se encontraban sobre su espalda ahora y que se deslizaban por debajo de la blusa. El le acaricio la espalda, recorriendo la columna con la yema de los dedos. Esa caricia se desplazo con un movimiento perezoso hacia abajo y continuo por encima del tejido de su falda. Esas manos fuertes se acoplaron a la curva de sus nalgas y se las apretaron ligeramente. Ella no se resistió. El seguía  besándola profundamente, y la atrajo despacio hacia si hasta que la pelvis de ella entró en contacto  con la dureza de su cuerpo.¿Que diablos estaba haciendo?, ¿estaba utilizando la cabeza?
--No—dijo ella, intentando recuperar el sentido común—No, un momento.¡ Para !– Dios , detestó como había sonado esa palabra, ahora que la sensación de los labios de él sobre los suyos era tan agradable—¿Estás………estás seguro?
--Mira a tu alrededor, Margarita—Le pasó los labios por encima de los de ella mientras se lo decía y ella se sintió mareada de deseo
—Estamos solamente tu y yo.--No hay nada mas.“Solamente tú ” Ella no se atrevió  a abrir los ojos, solo escuchó el hechizo de su voz, estaba bastante segura de que el no había pronunciado esas dos últimas palabras, Pero Margarita las oía en su cabeza, oía su eco cálido y provocador, venciendo todas sus resistencias.
“”O él resulta muy convincente”” O quizá era que ella estaba tan desesperada por él, por su contacto, que esa simple y única señal era suficiente. Esa y la que combinaba esas manos suaves, y esos cálidos y hambrientos labios. A pesar de todo, ella le creyó sin sombra de duda.
Sintió como si todos y cada uno de los sentidos de él estuvieran concentrados en ella. Como si solamente existiera ella, solamente él, y ese momento  deseado y profundo que había entre ellos.
Seguía con los ojos cerrados, no quería romper  el misterio del héroe, la magia que les rodeaba
--Oh—exclamo ella mientras exhalaba todo el aire de los pulmones con un largo suspiro. Ella se apretó contra el disfrutando de la sensación de notar esas manos sobre su piel, acariciándole la garganta, el hombro, el arco de la espalda-- ¿ Que estamos haciendo,? preguntó
El emitió un gruñido divertido que ella sintió en el oído, grave y profundo como la noche
--Creo que ya lo sabes.
--Yo no se nada,  nada cuando haces eso……….Gonzalo--.susurró
El dejo de besarla de inmediato, abrió los ojos, solo vió, la estela de su capa, perdiéndose en la noche,……….. el frío la envolvió,

Huía, una vez mas huía, de ella, de su embrujo, de su voz, su miedo era casi irracional, su nombre, su propio nombre, que en otro momento, le hubiera vuelto loco escuchar, en aquel susurro, con aquel dulzor, le hacia daño, sintió como si un puñal se clavara en sus entrañas, no era posible, era una locura, sentía celos, miro al cielo, sin terminar de entender sus sentimientos, como si el cielo pudiera contestar a su locura
Tengo celos de mi, y me hago daño, lo se, tengo celos de mi, que no debería de sentir, 
Cabalgo, con furia, como si todos los hombres del comisario le persiguieran, pero su perseguidor era mucho mas implacable, era su propio sentimiento, irracional, aquel que ya una vez le dejo sin ella, sonó su risa hiriente en la noche, tenia celos, y esta vez no podría matar al causante de los mismos, sentía celos de si mismo, las estrellas en la noche como únicos testigos, al alejarse, le vieron llorar.


 

Esperando al principe azul


Nada te pertenece,pero disfrutalo


"Si tienes la oportunidad de vivir en un palacio,
¡disfrútalo!.
...Si no la tienes,
disfruta de una choza
y la choza se convertirá en palacio.

Lo que establece la diferencia es el placer.
De modo que,
aunque vivas bajo un árbol,
disfrútalo.

No te pierdas ni el árbol ni las flores
ni la libertad ni los pájaros
ni el aire ni el sol.

Y si vives en un palacio,
no lo dejes pasar:
disfruta del mármol y las arañas.

No dejes de disfrutar allí donde te encuentres,
pero no poseas nada.

Nada te pertenece.
Llegamos al mundo con las manos vacías
y con las manos vacías nos vamos.

El mundo es un regalo,
así que disfrútalo mientras puedas.

Pero recuerda que el universo
siempre te da lo que necesitas".

Osho.