dimarts, 24 de novembre del 2015

T'estimo en la rutina




T'estimo en la rutina
dels vespres coneguts.
T'estimo en el llenguatge
dels gestos ja sabuts.
T'estimo quan em beses
com a un desconegut.
T'estimo si ens sorprèn
l'amor desprevinguts.

T'estimo en la derrota
del cos en front del mirall.
T'estimo en el desordre
que em posa tan malalt.
T'estimo en els llarguíssims
silencis de sofà.
T'estimo quan t'emprenyes
si em fumo el teu tabac.

T'estimo quan em deixes
penjat sota els llençols.
T'estimo quan em dius
“Sembla que visquis sol!”
T'estimo quan no entens
que a mi m'agradi tant
la pluja tardoral
que inunda la ciutat.

T'estimo simplement
per tot allò que no t'hauria
d'estimar.

T'estimo quan et queixes
que no tens temps de res,
que sempre estàs corrent
—“Ningú no m'ho agraeix!”—
T'estimo quan t'aixeques
traient foc pels queixals.
Millor que no parlem
del teu mal despertar...

T'estimo quan segueixo
els rastres que has deixat,
que em porten als teus braços
després d'un temporal.
T'estimo entre les restes
de la passió enyorada.
T'estimo preocupada,
absent, despentinada...

T'estimo quan t'agafa
la neura dels regals,
els dies de Nadal
que em deprimeixen tant.
T'estimo en la mesura
que els déus m'han ensenyat...
Ja ho saps, que no m’agrada
llegir-me els manuals.

T’estimo simplement
per tot allò que no t’hauria
d’estimar.

(Joan Isaac)



divendres, 18 de setembre del 2015

¿Qué se siente?

                        
                                  ¿Qué se siente al ser vieja? (Texto anónimo)

El otro día, una persona joven me preguntó: -¿Qué sentía al ser vieja?-

Me sorprendió mucho la pregunta, ya que no me consideraba vieja. Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante. Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo.

A veces me sorprendo de la persona que vive en mi espejo. Pero no me preocupo por esas cosa mucho tiempo. Yo no cambiaría todo lo que tengo por unas canas menos y un estomago plano. No me regaño por no hacer la cama, o por comer algunas "cositas" de más. Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y pasar horas contemplando mis flores.


He visto algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo.


-¿A quién le interesa si elijo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quien sabe qué hora?- 


Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido...¡Lo haré! 


Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini. Ellas también se harán viejas, si tienen suerte...


Es verdad que a través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de un ser querido, por el dolor de un niño, o por ver morir una mascota. Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza y nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto. Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.


Ahora bien, para responder la pregunta con sinceridad, puedo decir: -¡Me gusta ser vieja, porque la vejez me hace más sabia, más libre!-. 


Se que no voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, voy a vivir según mis propias leyes, las de mi corazón. No pienso lamentarme por lo que no fue, ni preocuparme por lo que será. El tiempo que quede, simplemente amaré la vida como lo hice hasta hoy, el resto se lo dejo a Dios.






diumenge, 13 de setembre del 2015

Vida


No dejes escapar así de fácil los días, lo creas o no, todos tienen algo de increíble, de mágico.

 Todos son, de alguna forma, una oportunidad de hacer algo bien, bueno, más bien diría que un montón de oportunidades y todas irrepetibles e irremplazables.

 No habrá otro día como hoy, ni otro momento como ahora, o lo aprovechas, o lo pierdes, como casi todas las cosas importantes en la vida.


 Si, hablo de los días como del tiempo, porque “día” es la forma que tenemos de llamar al tiempo necesario para despertar, tomar algunas decisiones y decidir si vamos a sacarle partido a cada hora, minuto y segundo del tiempo que estemos despiertos… ¡VIVOS!


Así que ya lo sabes, deja la pereza a un lado, y las dudas, los “no puedos” y los “mañanas”, deja a un lado todo lo que este frenándote y toma ya la decisión de comerte los problemas, baila con los buenos ratos, enamórate aunque duela, haz un viaje en coche y procura estar atento a lo que pasa a tu alrededor, no mirando la pantalla de una cámara, porque las únicas fotos que merecen la pena no se hacen con una maquina, si no con la memoria, con el sonido de los besos y los flashes de las miradas.



dilluns, 17 d’agost del 2015

Dejar ir




“Dejar ir” no significa dejar de cuidar, significa que no puedo hacerlo por otra persona. 

“Dejar ir” no es aislarme, es darse cuenta que no puedo controlar al otro.

 “Dejar ir” no es permitir, sino reconocer el aprendizaje de las consecuencias naturales

. “Dejar ir” es admitir la impotencia, que significa que el resultado no está en mis manos.

 “Dejar ir” no es tratar de cambiar o culpar al otro, es sacar lo máximo de mi mismo. 

“Dejar ir” no es cuidar, sino atender. “Dejar ir” no es reparar, sino ser de apoyo. 

“Dejar ir” no es juzgar, sino permitirle al otro que sea un ser humano.

 “Dejar ir” no es estar en el medio arreglando todos los resultados, sino permitir a los otros que influyan en sus propios destinos.

 “Dejar ir” no es ser protector, es permitir al otro que enfrente la realidad. “Dejar ir” no es negar, sino aceptar. 

“Dejar ir” no es regañar, reprender o discutir, sino buscar mis propios defectos y corregirlos.

 “Dejar ir” no es ajustar todo a mis deseos, sino tomar cada día como viene y apreciarme en él. 

“Dejar ir” no es lamentar el pasado, sino crecer y vivir para el presente y el futuro. 

“Dejar ir” es temer menos y Amar mas. 

Loiuse L.Hay


dimecres, 29 de juliol del 2015

Disfrutar la soledad

Disfrutar la soledad. Haz las paces con la soledad. Ya no le tengas tanto miedo. Ella no muerde, acaricia. Incluso puede hacerte cosquillas. Es verdad que a veces nos sobresalta, pero nos enseña. Quédate con ella unos días. Pruébala, a ver a qué sabe. Puedes empezar por salir solo. Sin compañías de ningún tipo, ni parientes ni amigos. Ve un día al cine, a la hora pico, cuando todo el mundo va acompañado, y haz la fila con cara de ermitaño despechado. Muéstrate solitario.

 Deja que algunos te miren con pesar (“Pobre, no tiene con quién venir”) ¡Y qué importa! ¿Acaso necesitas tener un bulto al lado para ver la película? Un sábado por la noche, reserva lugar en el restaurante de moda de la ciudad. Ponte tu mejor gala y llega sin compañía. Acércate a la mesa sin más séquito que el camarero, y cuando te pregunten si esperas a alguien más, contesta con un lacónico “no” (como diciendo “hoy no necesito a nadie”). Pide un buen vino y degusta la comida como si fuera la mayor exquisitez. Compórtate como un epicúreo. Ignora las miradas. Descubrirás que, afortunadamente, no eres tan importante. A los cinco minutos nadie se fijará en ti. Pasarás totalmente desapercibido hasta para los más chismosos. Saca a pasear tu soledad con garbo y decoro. Airéala. No la escondas como si fuera un acto de mal gusto. No te avergüences de andar con ella.

 Muéstrate como un ser independiente. A la hora de la verdad, no eres más que un ser humano al que a veces le gusta estar a solas. Busca el silencio. Contémplalo. Acércate a él sin mucho ruido. Saboréalo. Cuando llegues a tu casa, no corras a conectarte al televisor, la radio, la computadora o el equipo de música. Primero relájate. Quédate un rato incomunicado con el mundo. ¿No te has dado cuenta de que tu cerebro está sobreestimulado? Desagótalo. Intérnate unas horas en el sosiego de la falta de noticias. Elimina toda nueva información por un tiempo. No hables con nadie. Enciérrate por dos o tres días. Descuelga el teléfono. Aíslate. Practica la mudez. También puedes quedarte unas horas sin estímulos visuales. Tápate los ojos y juega a ser no vidente. Desplázate por tu casa y trata de hacer algunas actividades sin mirar. Utiliza los sentidos silenciosos como el tacto, el olor y el movimiento. Busca un lugar apartado, donde la naturaleza esté presente.

 Escápate por unos días. Aléjate del bullicio artificial y busca el sonido natural. Deja que tu atiborrada mente se oiga a sí misma sin tanta interferencia. Medita y mírate por dentro en la calma de una quebrada, o en el concierto de los animales nocturnos (no discutas con los grillos). Disfruta del “tic tac” de la lluvia. Reposa bajo un árbol y deja que la brisa se insinúe. Esto no es sensiblería de segunda, sino ganas de vivir intensamente los sonidos del silencio. Si eres una persona que no tiene pareja y se siente sola, no te apresures a buscar a alguien con la desesperación del adicto. 

No te pegues de la primera opción. La experiencia me ha enseñado que cuando menos se busque el amor, más se encuentra. El deseo descontrolado asusta a los candidatos de cualquier sexo. Si la ansiedad se nota y las ganas te salen por las orejas, espantarás a cuanto ser humano se te acerque. Borra el cartel de tu frente: “Busco pareja”, y cambia su contenido por uno más decente: “Estoy bien así”. Declárate en estado de soledad por un año. Pero no porque eres de malas, sino porque tú lo decidiste: “No voy a tener a nadie durante un tiempo” (claro que si aparece el amor de tu vida la cosa cambia). 

Cuando hagas las paces con la soledad, los apegos dejarán de molestar.

 Del libro: AMAR O DEPENDER Walter Riso 


dissabte, 11 de juliol del 2015

LÉELO DEL REVÉS

             
                   Según el punto de vista,ni todo es verdad,ni todo es mentira,
                                        todo depende del cristal con que se mira

   
        

diumenge, 5 de juliol del 2015

No necesito

Estoy en un punto de mi vida en el que ya no necesito impresionar a nadie. 

Soy como soy, sin que me importe lo que los demás piensen de mí.

 No necesito disfraces, no necesito engañar ni fingir. 

Porque puedo ser quien soy en realidad. 

 No necesito hacer reír o hacer creer que nunca lloro.

 No necesito ser siempre fuerte, ni ser siempre agradable.

 No necesito ser igual que nadie, y sobre todo me acepto tal y como soy.
 Con mis virtudes, pero también con mis defectos. 

Porque puedo no ser perfecta, pero soy siempre yo. Acepto y amo quien soy, y quien puedo llegar a ser. 


Anónimo 




No existimos para impresionar al mundo, sino para ser felices y realizarnos. Ahora, hay etapas en nuestras vidas en las que necesitamos priorizar, pensar que vamos a sorprender a este o a aquel y que nos van a envidiar o admirar. 


 Alguien dijo una vez que es bonito tener dinero para comprar cosas que deseemos, pero es más bonito tener cosas que el dinero no puede comprar.





divendres, 3 de juliol del 2015

La magia de ser mujer después de los 40


Se necesita mucho valor para amar a las  mujeres por su pasado, aquellas de carácter fuerte pero de corazón bueno. Se necesita mucho amor para curar las heridas y las desilusiones.

Pero, sobre todo, se necesita ser inteligente, porque son tan maduras y tan experimentadas que ya no creen en lo que sienten, sino en lo que estés dispuesto a hacer por ellas.

Walter Riso

diumenge, 3 de maig del 2015

Día de la Madre





El Día de la Madre o Día de las Madres es una festividad que se celebra en honor a las madres en diferentes fechas del año según el país. En España, el día de la madre se celebra anualmente el primer domingo de mayo.

 Las primeras celebraciones del Día de las Madres se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.

Igualmente los romanos llamaron a esta celebración Hilaria cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas.






Por cada año que me has dado amor,
por cada mes que en tu vientre me diste calor,
por cada día que conmigo estás,
por cada hora de felicidad.

Por regalarme tus hombros para llorar,
por secar mis lágrimas y a mi lado estar,
por quererme tanto y mis heridas sanar,
por todo lo que haces por mí.

Por tus palabras que me hacen reflexionar,
por tus caricias llenas de bondad,
por tus besos que me rodean de paz,
por tus brazos que siempre me quieren cuidar.

Por esforzarte y siempre luchar,
por enseñarme a caminar,
por mis primeras palabras celebrar,
por la dicha de llamarte mamá.

Y la vida se me iría en agradecer,
porque eres un ejemplo de mujer,
que con sabiduría a sabido responder
a las preguntas que necesitaba saber.

Hoy te quiero decir,
más que con palabras, con el corazón,




GRACIAS MAMÁ




divendres, 13 de març del 2015

UNA VERDAD COMO UN TEMPLO

 

A medida que envejecemos, las mujeres ganamos peso.
Esto ocurre porque acumulamos mucha información en nuestra cabeza.

Pero claro, llegar un punto en que tanta información no cabe en nuestra cabecita.
Así que esta información acumulada empieza a distribuirse por todo el cuerpo... Y ahora lo entiendo todo...

NO ME SOBRAN KILOS !!
NO ESTOY GORDA !!
SOY CULTA !!
MUY CULTA !!

Para todas las mujeres estupendas que andan por ahí...

La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar con buena salud y con un cuerpo atractivo y bien cuidado, sino más bien, deslizarse en ella, con chocolate en una mano, vino en la otra, el cuerpo hecho polvo, totalmente desgastado y gritando... ¡JODER QUÉ PASEO!
¡SI SEÑOR!

Somos perfectas... porque:

-No nos quedamos calvas.
-Tenemos un día internacional y otro nacional.
-Podemos usar tanto el color rosa como el azul.
-Siempre sabemos que nuestro hijo es nuestro.
-Tenemos prioridad en los naufragios.
-No pagamos la cuenta.
-Somos las primeras rehenes en ser liberadas.
-Si somos traicionadas, somos víctimas.
-Si traicionamos, ellos son los cornudos.
-Podemos dormir con una amiga sin ser llamadas homosexuales.
-Podemos prestar atención a varias cosas a la vez.
-Mujer de embajador, es embajadora; marido de embajadora, quién es?
-Mujer de presidente es la Primera Dama; marido de la presidenta, quién es?
-Si decidimos hacer trabajos de hombres, somos pioneras.
-Si un hombre decide hacer trabajos femeninos, es gay.

Y POR ÚLTIMO:

-HACEMOS TOOOODO LO QUE EL HOMBRE HACE, Y CON TACONES ALTOS !!!!








dijous, 5 de febrer del 2015

Para ti, que apostaste por mí cuando nadie más lo hizo

Me quitaste el miedo a volver a sentir.

Querido tú, sí, TÚ:

He cambiado mucho a lo largo de estos años, en especial en el aspecto afectivo. Lo pasé muy mal y muchas personas me decepcionaron, así que decidí que era mejor ceñirse a lo racional. Pero eso ya lo sabes, porque me conoces de verdad. Y me conoces porque un día, sin ser consciente de ello, decidiste que yo merecía la pena. Y poco a poco fuiste dándote cuenta de que yo no soy ni la mitad de fuerte de lo que puedo aparentar. Empezaste a ver que no era una persona ni tan fuerte ni tan entera como pretendía ser. Todo lo contrario, estaba completamente rota, pero tenía puesta una coraza que me hacía aparentar fortaleza.

Aún así, sabiendo lo débil, insegura y extremadamente sensible que podía llegar a estar en determinados momentos, te armaste de valor. Decidiste que yo no era nada de eso. Y que todo lo que se rompe se puede arreglar. Pieza por pieza y con mucha delicadeza. Decidiste que yo podía ser fuerte.

  Pero no ha sido un camino fácil. Era una coraza  de muchos años. Pesaba mucho. Demasiado. Era una gran carga que yo decidí llevar. Una gran carga formada por opiniones, miradas, insultos, gestos y palabras de personas que -ahora sé- que el tiempo pondrá en su sitio. Fui llenando el saco más y más. Esto no lo sabes, pero cada vez que me has dicho una palabra buena de mí, una mala del saco desaparecía. Día tras día, la carga iba pesando menos. Me iba recomponiendo.

  Es lógico: Si llevas muchas piedras, te rompes, te haces heridas. Y por mucho que se cierre la herida, si sigues llevando piedras, te vuelves a romper.
Pero si te curas, y poco a poco vas vaciando la bolsa, cada vez hay menos peso, y por tanto, menos heridas abiertas. Y al final fueron tantas palabras buenas y tanto cariño, que las piedras malas fueron desapareciendo.


Ha sido lento, necesitaba que fuese así, poco a poco. Y en el camino siempre ha habido alguien justo detrás de mí. Para pegarme un pequeño empujón hacia adelante, para abrirme los ojos una vez más y hacerme ver que todos cometemos errores, y que no son nuestros errores los que nos definen, sino nuestros buenos actos.

 Sí. Lo reconozco. Lo admito y no me avergüenzo de ello. He estado asustada. Sí, he tenido verdadero miedo estos años. Miedo a quitarme esa carga y mostrarme tal y como verdaderamente fui hace muchos años, miedo a que algo o alguien fuese a romperme de nuevo. Miedo a que todavía no fuese lo suficientemente fuerte como para sentir y creer de nuevo, sin miedo.
He tenido miedo de las personas, de volver a creer en ellas. Miedo a aceptar que verdaderamente existe gente buena. Personas que sin pedir nada a cambio, intentan sacar lo mejor de ti. No me lo creía. Y esa es tu mayor virtud, ¿sabes? Haces mucho más de lo que imaginas por los demás. Y no me digas que no. Porque conmigo lo has hecho.

Porque vale, sí. Todo pasa por algo. Y estoy segura de que alguien ahí arriba decidió que, aunque yo nunca la pidiese, necesitaba ayuda. Y quiso darme la mejor posible, quiso que tuviese cerca a personas realmente buenas. Y poco a poco, me fue metiendo en tu vida. Sin que ni tú, ni yo nos diésemos cuenta. Y de repente, sin saber cómo, cuándo, ni por qué, decidiste apostar por mí.

Así que me gustaría decirte algo: Gracias.


 Por Candela Duato