divendres, 29 de juliol del 2011

Uno crece


Imposible atravesar la vida ...
sin que un trabajo salga mal hecho,
sin que una amistad cause decepción,
sin padecer algún quebranto de salud,
sin que un amor nos abandone,
sin que nadie de la familia fallezca,
sin equivocarse en un negocio.
Ese es el costo de vivir.
Sin embargo lo importante no es lo que
suceda, sino, como se reacciona.
Si te pones a coleccionar heridas
eternamente sangrantes,
vivirás como un pájaro
herido incapaz de volver a volar.
Uno crece...
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza,
ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.
Uno crece cuando acepta la realidad y tiene
aplomo de vivirla.
Cuando acepta su destino, pero tiene la
voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando lo que deja por
detrás, construyendo lo que tiene por
delante y proyectando lo que
puede ser el porvenir.
Crece cuando supera, se valora, y sabe dar frutos.
Uno crece cuando abre camino dejando
huellas, asimila experiencias... ¡Y siembra raíces!
Uno crece cuando se impone metas, sin
importarle comentarios negativos, ni prejuicios,
cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes,
cuando cumple con su labor.
Uno crece cuando se es fuerte por carácter,
sostenido por formación, sensible por temperamento...
¡Y humano por nacimiento!..
Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque
pierda las hojas.
Recoge flores aunque tengan espinas y
marca camino aunque se levante el polvo.
Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse, con residuos de flores...
¡Y de encenderse con residuos de amor...!
Uno crece ayudando a sus semejantes,
conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe.
Uno crece cuando se planta para no retroceder...
Cuando se defiende como águila para no dejar de volar...
Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella.
Entonces...

Uno Crece 


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