Tanto
a mujeres como a hombres, desde que somos pequeños, nos inculcan que lo
mejor es estar en pareja, tener una familia, estar acompañados. Aunque
consideres que esto es lo que más deseas en tu vida, si tienes miedo a
la soledad, puedes llegar a tomar decisiones francamente
contraproducentes para tu bienestar emocional.
Hay
quienes en vez de aprovechar los momentos en los que no tienen pareja
para reencontrarse con ellos mismos, para darse cuenta de lo que quieren
y lo que no quieren, para abrirse a conocer gente y a fortalecer las
amistades que ya tienen, ¡para una buena elección amorosa! , o ante la
certeza de que el vínculo en el que están no tiene futuro, sienten una
angustia tan grande que les hace tomar malas decisiones (por
ejemplo intentar volver con alguien del pasado con quien la relación no
funcionó, aceptar a cualquier persona con tal de estar "acompañados",
esforzarse por salvar la pareja aunque sea conflictiva o dañina,
defender lo indefendible del otro para buscar excusas y seguir con esa
mala relación, etc.)
. Buscar solo lo positivo de estar acompañado por una persona es apenas
una visión parcial de lo que está sucediendo; hay que poner todo en la
balanza para tomar una decisión madura, aunque esta implique quedarnos
"solos".
Piensa serenamente: ni en los peores momentos de tu vida has estado completamente solo. Mira a tu alrededor. Hay más de una persona en quien puedes confiar ciegamente, que es incondicional y estará allí para apoyarte, cuando la necesites. Tal vez es alguien que ya estuvo a tu lado en muchas ocasiones, o alguien que desea que le des la oportunidad (familiar, amigo, vecino, compañero de trabajo...)
El miedo a la soledad es un pésimo consejero en la búsqueda de un compañero (o compañera). Siempre tienes la posibilidad de elegir con quién compartir tu vida, y también de decidir si la relación en la que estás te hace feliz y te permite crecer, o está agotada y no hay vuelta atrás. Continuar con un vínculo roto o que te hace infeliz por no estar sin pareja, solo ahondará tu sensación interna de soledad. Enfrentar este "fantasma" es más sencillo que lo que crees.
Piensa serenamente: ni en los peores momentos de tu vida has estado completamente solo. Mira a tu alrededor. Hay más de una persona en quien puedes confiar ciegamente, que es incondicional y estará allí para apoyarte, cuando la necesites. Tal vez es alguien que ya estuvo a tu lado en muchas ocasiones, o alguien que desea que le des la oportunidad (familiar, amigo, vecino, compañero de trabajo...)
El miedo a la soledad es un pésimo consejero en la búsqueda de un compañero (o compañera). Siempre tienes la posibilidad de elegir con quién compartir tu vida, y también de decidir si la relación en la que estás te hace feliz y te permite crecer, o está agotada y no hay vuelta atrás. Continuar con un vínculo roto o que te hace infeliz por no estar sin pareja, solo ahondará tu sensación interna de soledad. Enfrentar este "fantasma" es más sencillo que lo que crees.
La
mejor opción que te presenta el estar solo es la enorme oportunidad de
tener un espacio en tu vida para que, a su momento, aparezca la persona
que sí te permitirá a acceder a la felicidad que tanto te mereces.
Grupo Anónimo para Mujeres que Aman Demasiado
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