dissabte, 12 de febrer del 2011

Refranes

A abad sin ciencia y sin conciencia, no le salva la inocencia.
A abril alabo si no vuelve el rabo.
A amante que no es osado, dale de lado.
A amo ruin, mozo malsín.
A amor mal correspondido, ausencia y olvido.
A amor y fortuna, resistencia ninguna.
A año tuerto, labrar un huerto.
A árbol caído, todo son piedras.
A asno lerdo, arriero loco.
A ayer, lo conocí; pero a mañana nunca lo vi.
A balazos de plata y bombas de oro, rindió la plaza el moro.
A barba moza, vergüenza poca.
A barba muerta, obligación cubierta.
A barbas honradas, honras colmadas.
A barco nuevo, capitán viejo
A beber me atrevo, porque a nadie debo y de lo mío bebo.
A bestia comedora, piedras en la cebada.
A bestia loca recuero modorro.
A bestia loca, recuerdo modorro.
A bicho que no conozcas, no le pises la cola.
A bien dar o mal dar, por no pedir no ha de quedar.
A bien obrar bien pagar.
A bien te salgan, hija, estos arremangos.
A bloque, la casa en roque.
A bocado harón espolada de vino.
A bocado harón, vino por espolón.
A bodas y a niño bautizado, no vayas sin ser llamado.
A borracho fino, primero agua y luego vino.
A borregos recién esquilados, no les mande Dios viento helado.
A borrico desconocido, no le toques la oreja.
A buen amo, mejor criado.
A buen andar o mal andar, comer y guardar.
A buen año y malo, molinero y hortelano.
A buen capellán, mejor sacristán.
A buen comedor, quitárselo de delante.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
A buen gato, buen rato.
A buena hambre no hay pan duro.
A buen señor, buena demanda.
A buen sueño no hay cama dura.
A buena barbechera, mejor sementera.
A buena confesión, mala penitencia.
A buena fe y sin mal engaño, para mi quiero el provecho y para ti el daño.
A buena fiesta, mala nueva.
A buena hora pidió el rey gachas.
A buena suela, mala pieza.
A buenas ganas, huelgan las salsas.
A buenas horas mangas verdes.
A buenos ocios malos negocios.
A buey viejo no le cates majada, que él se la cata.
A buey viejo no se le saca paso.
A buey viejo pasto tierno.
A buey viejo, cencerro nuevo.
A burra nueva, cincha amarilla.
A burra vieja, albarda nueva.
A burro desconocido, no le toques la oreja.
A burro negro no le busques pelo blanco.
A burro viejo, poco verde.
A caballero nuevo, caballo viejo.
A caballo ajeno, espuelas propias.
A caballo brioso toca: o frenarlo o se desboca.
A caballo corredor y hombre reñidor poco le dura el honor.
A caballo corredor, cabestro corto.
A caballo de alquiler: mucha carga y mal comer.
A caballo de presente, no se le repara el diente.
A caballo grande, grandes espuelas.
A caballo nuevo jinete viejo.
A caballo que se empaca, darle estaca.
A caballo que vuela, ¿para qué la espuela?.
A caballo regalado no se le mira el diente.
A cabellos enredados, piojos por descontado.
A cada cabeza su seso.
A cada cajón, su aldabón.
A cada cañada le llega su añada.
A cada cerdo le llega su San Martín.
A cada día bástale su maestría, y a cada momento, su pensamiento.
A cada guaraguao le llega su pitirre.
A cada pajarillo le gusta su nidillo.
A cada pajarillo parécele bien su nido.
A cada paje, su ropaje.
A cada parte hay tres leguas de mal camino.
A cada paso, un gazapo.
A cada pez le llega su vez.
A cada puerco le llega su San Martín.
A cada puerta, su dueña.
A cada renacuajo dio Dios su cuajo.
A cada santo le llega su día de fiesta.
A callarse ranas, que va a predicar el sapo.
A cama chica, echarse en medio.
A can que lame ceniza, no le debes confiar la harina.

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