Al hombre de trato llano, gusta darle la mano.
Al hombre duro, lanza en mano y vino puro.
Al hombre enfadado dale de lado.
Al hombre harto, las cerezas le amargan.
Al hombre honrado, todo lo cuesta caro.
Al hombre hueco, sopa verde y almendro seco.
Al hombre inocente, Dios le endereza la simiente.
Al hombre jugador y al caballo corredor poco les dura el honor.
Al hombre le falta paciencia y a la mujer le sobra insistencia.
Al hombre listo y tunante, no hay quien le eche el pie delante.
Al hombre mayor, dale honor.
Al hombre osado, la fortuna le da la mano.
Al hombre pobre no le salen ladrones.
Al hombre se le mide de cejas para arriba.
Al hombre valiente, espada corta.
Al hombre y al oso, lo feo lo hace hermoso.
Al hombre, por el verbo, y al toro por los cuernos.
Al ingrato, con la punta del zapato.
Al invierno no se lo come el lobo.
Al lavar de los cestos haremos la cuenta.
Al leñador, caza, y al cazador leña.
Al lobo hay que matarlo en su propia madriguera.
Al loco y al aire, darles calle.
Al loco y al fraile, aire.
Al maestro, cuchillada presto.
Al mal caballo, espuela; a la mala mujer, palo que le duela.
Al mal cocinero le estorban hasta las cucharas.
Al mal encuentro, darle la mano y mudar asiente.
Al mal hecho, ruego y pecho.
Al mal pagador, más vale darle que prestarle.
Al mal pagador, plazo corto es lo mejor.
Al mal segador, la paja le estorba.
Al mal tiempo buena cara, y al hambre guitarrazos.
Al mal tiempo, alpargatas blancas.
Al marido, amarle como amigo y temerle como enemigo.
Al más chico muerde el perro.
Al mayor peligro, el mayor auxilio.
Al médico, confesor y letrado, no le traigas engañado.
Al mejor cazador se le va una liebre.
Al mejor cazador se le va viva la liebre.
Al mejor nadador se lo lleva el río.
Al mejor pastor, el lobo le roba una oveja.
Al miserable y al pobre todo les cuesta el doble.
Al molino y a la esposa, siempre le falta alguna cosa.
Al músico viejo le queda el compás.
Al niño besa quien besar a la madre quisiera.
Al niño y al mulo, en el culo.
Al padre, si fuere bueno, sírvele, y si malo, súfrele.
Al pagar dinero, pesar y duelo.
Al pan duro, duro con ello. Y al pan caliente, con aceite.
Al pan pan y al vino vino, y el gazpacho con pepino.
Al pan pan y al vino vino.
Al pan se arrima el perro.
Al papel y a la mujer, hasta el culo le has de ver.
Al pasar el río, vale más la cuerda que el trigo.
Al pasar San Antón, sastres al sol.
Al peligro, con tiempo, y al remedio, con tiento.
Al perro más desmedrado dan el mejor bocado.
Al perro que es traicionero, no le vuelvas el trasero.
Al perro y al gato no les pongas en el mismo plato.
Al perro, échale un hueso, y se amansará con eso.
Al pescado dormilón, se lo traga el tiburón.
Al pez, una vez.
Al pie del monte, se ahúma el capote.
Al pobre le falta un poco; al avaro, todo.
Al pobre no hay bien que no le falte ni mal que no le sobre.
Al pobre y al feo todo se le va en deseo.
Al potro que le alabe otro.
Al potro y al niño, con cariño.
Al principio y al fin, abril suele ser vil.
Al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
Al que bebe vino le huele el hocico.
Al que come bien el pan, es pecado darle carne.
Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan.
Al que Dios ha de ayudar, sábele bien hallar.
Al que Dios se lo da que San Pedro se lo bendiga.
Al que es de muerte, el agua le es fuerte.
Al que es de vida, el agua le es medicina.
Al que esta borracho, todo el mundo le convida.
Al que fortuna lo viste, fortuna le desnuda.
Al que huye del trabajo, el trabajo le persigue.
Al que le caiga el sayo que se lo ponga.
Al que madruga Dios le ayuda.
Al que mucho se agacha, el culo se le ve.
Al que no fuma ni bebe vino, le huele la boca a niño.
Al que no usa bragas, las costuras le hacen llagas.
Al que nunca bebe vino no le fíes ni un comino.
Al que quiere saber, mentiras a él.
Al que se casa una vez, dan corona de paciencia; y al que dos, capirote de demencia.
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