dijous, 27 de gener del 2011

Gritar


Y en las relaciones entre personas, cada vez hablamos más y escuchamos menos. Y a veces no hablamos, sino que gritamos. Los hijos les gritan a los padres, los padres les gritan a los hijos, el marido le grita a la mujer, la mujer le grita al marido, los hermanos se gritan entre sí, ... Se gritan a veces unos vecinos a otros.
Deberíamos construir un mundo más silencioso. Y para ello podemos preguntarnos: ¿Por qué gritamos?.
Yo no tengo la respuesta, pero os voy a reproducir una bonita historia procedente de la sabiduría oriental, que nos puede dar a todos un poco de luz.
Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes (o discípulos) lo siguiente: - ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
Los hombres pensaron unos momentos:
-Porque perdemos la calma -dijo uno-, por eso gritamos.
- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? preguntó Baba; - ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a Baba.
Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente... ¿Por qué? Porque sus corazones está muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
Baba continuó:
-Cuando se enamoran aún más ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Luego Baba dijo:
- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia sea grande que no encontrarán ya el camino de regreso.
(Juan, 03-01-2005)


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