He disfrutado de mis amigas a más no poder, he aprendido un poquito más sobre el amor y he comprobado que “el que la sigue la consigue” puede llegarse a cumplir.
He tenido 12 meses para seguir descubriéndome a mi misma, me he dado cuenta de que no me rindo fácilmente, que no paro hasta conseguir lo que quiero, pero que también soy la típica exagerada a la que a la mínima cae el mundo encima. Sé que conmigo nada es fácil, que me contradigo constantemente, que me hace falta paciencia y que ideas locas me sobran. Necesito mimos constantemente y veo cosas donde no las hay, no tengo remedio.
También me he descubierto doscientos mil veinticuatro defectos más, pero que soy feliz conmigo misma. He aprendido que la vida está para reírse de ella, y que si te caes, solo tienes que levantarte.
Que hay que ponerse guapa para el idiota que te rompió el corazón, demostrarle que vales infinitamente más que él y, por último hacerle saber que no puede tenerte.
Que hay que hacer estupideces y olvidarse de lo que piensen los demás, que te tiene que importar entre cero y nada lo que la gente piense o deje de pensar de ti, que es tu vida y tienes que vivirla con quien quieras, como quieras y cuando quieras.
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