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La granja del tesoro
Según cuenta la historia, que muchos ya conoceréis, un hombre en Nueva York al que le llegó la edad de la jubilación, decidió dar un cambio a su vida y, juntando todos sus ahorros, compró una granja y unos pocos acres de terreno en Portugal. La modesta granja había estado vacía durante más de quince años, desde que su propietario y su esposa murieran sin dejar herederos.
Cuando el nuevo propietario se instaló y se dispuso a poner un poco de orden en la granja, se encontró con que en uno de los almacenes, que antiguamente era usado como granero, habían unas enormes puertas metálicas que impedían el paso a una gran zona del recinto.
Las puertas estaban completamente bloqueadas, pero el jubilado era un tipo con recursos y al día siguiente se dispuso a abrir aquellas puertas equipado con un generador y un par de cortadoras radiales.
Tras muchos esfuerzos, las puertas cedieron y la luz del sol inundó aquel lugar en el que la penumbra había reinado durante los últimos quince años. La sorpresa del jubilado y de su mujer fue mayúscula cuando, tras aquellas puertas encontraron cientos de vehículos de época de alta gama, de todo tipo de marcas y modelos.
La posterior tasación de los vehículos se cifró en unos 35 millones de dólares y los nuevos dueños de la granja tienen pleno derecho a los bienes que allí encontraron.
Una historia increíble, ¿verdad?
Tras investigar un poco sobre esta historia, es posible que esté un poco adornada por el boca a boca y que ni tan siquiera exista el jubilado americano. Según parece, los automóviles podrían pertenecer a un distribuidor de automóviles de los años ochenta, que usaría este lugar como almacén y que hoy en día pertenecen a sus herederos.
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