Qué harás con tu arrogancia,,
en qué percha colgarás
tu traje de ironía,
qué harás con tu cinismo,
ahora que el amor
golpea las puertas
de tu vida...
Ese egoísmo que presumes
y que tú mismo ignoras,
dónde irá a parar cuando
el sentimiento te pida
que sedas y dejes
que otro gane la partida...
Tendrás que aprender
a perder, para
poder ganar algunas veces,
tendrás que aprender
a guiarte por el corazón,
cuando te aprieten las sienes...
Qué harás, dime
con este amor tan abierto,
tan lozano, tan amor sincero,
que te vino a llenar de luz,
te encendió el alma
y te sacó de la posición
de verdugo y te señaló la cruz...
El amor no sabe de juez ni jurado,
no admite juicios de sentimientos
acobardados,
el amor es pura comprensión,
si no le haces caso
así como te llegó su bendición,
se retirará de tu vida despacio...
Para ti, necio rey de la soberbia,
para ti que todo lo ves
desde un tamiz de inclemencia...
te llegó el amor y con él
una mirada distinta de la vida,
porque sus colores vencerán
tal vez,
toda esa apariencia fría
que tu conducta ejemplifica...
Si las fieras se dejan domar
por el amor,
por qué tu no cederás a su magia,
no tendrás más remedio que
dejarte llevar,
entrarás al túnel de la humildad,
y sus paredes te acariciarán,
comprendiendo que lo humano
antes que ninguna otra cosa valiosa,
consiste en amar y dejarse amar...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
en qué percha colgarás
tu traje de ironía,
qué harás con tu cinismo,
ahora que el amor
golpea las puertas
de tu vida...
Ese egoísmo que presumes
y que tú mismo ignoras,
dónde irá a parar cuando
el sentimiento te pida
que sedas y dejes
que otro gane la partida...
Tendrás que aprender
a perder, para
poder ganar algunas veces,
tendrás que aprender
a guiarte por el corazón,
cuando te aprieten las sienes...
Qué harás, dime
con este amor tan abierto,
tan lozano, tan amor sincero,
que te vino a llenar de luz,
te encendió el alma
y te sacó de la posición
de verdugo y te señaló la cruz...
El amor no sabe de juez ni jurado,
no admite juicios de sentimientos
acobardados,
el amor es pura comprensión,
si no le haces caso
así como te llegó su bendición,
se retirará de tu vida despacio...
Para ti, necio rey de la soberbia,
para ti que todo lo ves
desde un tamiz de inclemencia...
te llegó el amor y con él
una mirada distinta de la vida,
porque sus colores vencerán
tal vez,
toda esa apariencia fría
que tu conducta ejemplifica...
Si las fieras se dejan domar
por el amor,
por qué tu no cederás a su magia,
no tendrás más remedio que
dejarte llevar,
entrarás al túnel de la humildad,
y sus paredes te acariciarán,
comprendiendo que lo humano
antes que ninguna otra cosa valiosa,
consiste en amar y dejarse amar...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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