diumenge, 6 de febrer del 2011

El amor no distingue


El amor no distingue de sexos,
lo mismo lo sufre un hombre
que una mujer, ambos aman
misma forma, mismos deseos.

Mucho se ha escrito del amor,
del sufrido amor de una mujer
poco o nada, de un hombre…
que hasta ahí llega el machismo.

Quién invento la palabra sexo débil
se equivocó, es más enérgica la mujer
que el débil hombre en los amores…
si más infiel que la mujer, es discutible.

Algunos ignoran, que si son machitos
le viene de una fatal educación familiar,
la que les ensañó las propias madres
que de ella nos viene la crianza enseñaza.

Gritemos las mujeres, que sus hijas digan
quién en su crianza, se le dio más categoría
si a las hembras o a lo varones: que griten
las madres, que digan las hijas y no callen.

Hasta el llanto tenemos que ahogarlo…
así nos lo enseñaron nuestra las madres,
quiero llorar, deseo gritar, somos tal cuales
mismo dolor, mismo amor, somos alma,
no animales irracionales.

Mismos deseos, mismas necesidades
hombre o mujer… tal cuales somos:
amamos, lloramos, sufrimos y gozamos
que el amor no es diferente en varones
ni en  mujeres…

¡Qué bello es vivir!


Qué maravillosa locura alteró mis sentidos
cuando descubrí que las rosas y tus labios,
se hicieron con la misma seda.


Qué maravillosa locura altera mis sentidos
cuando a través del aire,
 el azahar dibuja tu olor.
 Cuando reconozco tus ojos
en los brillos de los amaneceres.


Qué misterio encierra esto del  amor,
que consigue que veamos la vida de un modo distinto
al que se ve cuando sólo ¡se está!


Qué maravillosa reacción se desplegó en nuestro interior
cuando nos miramos por primera vez a los ojos,
contagiándonos con ese virus invisible llamado amor.


Qué bello es el color de la vida
cuando tu luz disipa el gris de la inercia en el andar.


¡Qué bello es vivir!
 cuando siento el latir de tu corazón
al descansar en tu seno.


Cuando siento las caricias de las palabras que callas;
 la delicadeza de cada uno de tus detalles, 
 el contagio de tu sonrisa,
 la plenitud de tu felicidad.
¡Qué bello es vivir, cuando realmente... vivimos!
¡Qué bello es vivir, cuando se quiere...
como yo te quiero a ti!




Si no hubieses nacido, jamás hubiese podido exclamar:
¡Qué bello es vivir!

Mientras me hablabas y yo te miraba,
se detuvo el tiempo en medio instante:
el amor me llamaba y yo le obedecía.
Mientras me susurrabas y yo te amaba,
se alzaron los sentimientos,
mandó tu voz,
el cielo se hizo visible en tus ojos,
y yo pronuncié el querer en tus labios.

Fue una mirada,
un frenesí de besos,
una lujuria de sentimientos.
Fue un instante sin fin,
sin tiempo para soñar.
Y entonces despertamos,
… y seguimos amándonos.

Mi objetivo son tus sentimientos,
uno a uno, de mi a ti,
riendo tristezas,
llorando sonrisas,
mi objetivo eres tú,
y sólo tú, para amarte.

Ahora puedo oírte,
puedo sentir tu silencio,
puedo recorrer tus besos
y soñar tus labios,
puedo hasta escuchar tu melodía,
aún cuando estés lejos
y seas todo nostalgia.

Yo soy tuyo, tuyo
inmensamente tuyo,
a lo largo de tu breve aliento eterno,
susurrando mi vida en nuestros besos
perteneciéndote en mil miradas,
soñándote en tus despertares,
soy tuyo: mi meta lleva tu nombre.

En un mundo donde tú existes,
dónde reina la paz de tus caricias,
con la ley de tus besos,
y la obediencia de tus ojos,
en el que tus labios me mandan,
tu alma me enamora,
y tú me fascinas.
En este mundo, yo te amo.

Si cruzas mis sentimientos
y anudas mis anhelos,
si habitas en mis sueños
y resides en mis deseos,
si sabes que te amo,
y sabiéndolo eres feliz,
si sabes que eres todo para mí.

Uno, apareces
Dos, me enamoras
Tres, enloquezco
Cuatro, me entrego
Cinco, suspiro
Seis, me muero por ti.

Tienes la culpa de mi deseo,
posees la intriga de mis sentimientos,
eres dueña de todas mis pasiones,
eres plena de los sueños de querernos,
eres señora de cada uno de mis placeres,
y no lucho, no me resisto
¿Para qué, si contigo soy feliz?.

Cada día te quiero,
un día te respeto,
otro te admiro,
otro te sueño
pero siempre te quiero,
porque amanecer es quererte,
y estar sin ti, es mi muerte.


Un pedazo de luna

Hace tiempo pero bastante tiempo tanto que ya casi no lo recuerdo, me encontraba viendo las estrellas porque había oído o escuchado que Marte se vería como una pelotota roja junto a la Luna que es gris y que además tiene un conejo estampado según me platicó una vez que no me podía dormir mi abuelita Gaby.

Aquella noche no estaba solo, me acompañaba Pame una amiguita que vivía en la misma cuadra en la que vivía con mi familia o sea mi mamita, mi papito y mi abuelita.

Mi abuelita se encargaba de contarme una y mil historias, una de ellas era precisamente la del conejo en la luna. Siempre me soltaba un rollo que había quedado ahí por no querer comerse sus zanahorias y en castigo se quedó solito sin poder bajar a tomar agua a la tierra. Hoy se que mi abuela mintió en eso del conejo ya que lo más probable es que la luna en verdad sea de . . . ¡Queso!.

Pues Pame y yo nos encontrábamos sentaditos en la banqueta de la calle donde vivíamos y donde solíamos salir a jugar con nuestro patín del diablo, mismo que nos habían dejado Los Reyes Magos y que desde luego fue algo que nunca entendí ya que como los Reyes Magos te traían algo del Diablo, pues como que no, pero en fin.

En esos días yo era muy chiquito así que solo podía andar en mi patín pero lo que era Pame ella si que se daba sus vueltas en una bicicletota que también le dejaron los Reyes Magos el año pasado.

Pame empezó a platicarme de un amiguito que tenía y que siempre andaba vestido de overol y con una gorrita azul de SONY.

En eso escuchamos algo así como;

¡HUT HUT!,

Era el ulular de un buho que fue a posarse arriba de la ventana de la recamara de Pame que estaba en el primer piso del número 38 de la calle Privada del Buho en la Colonia Foresta.

Nos pareció más que nada un lamento o algo peor, como si se tratara de un lamento. Con una alita se quió unos lentes que parecían del tamaño del parabrisas del auto que mi papito acabaa de comprar y con la otra alita se limpiaba las lagrimas de sus ojotes

¿Qué te pasa? Le gritó Pame.

Hay, es que no se han dado cuenta que se acerca una estrella a la Luna y no sé que va a pasar

Pues nada. Dije yo.

¡Como que nada!. Están en peligro de chocar y francamente no sé qué es lo que va a pasar.

No te preocupes, no va a pasar nada. Dijo Pame.

¡Claro que es preocupante!. Terció el buho.

¡Qué es lo que tanto te preocupa?. Le pregunté.

Vean, volteen al cielo

Los dos lo hicimos y notamos como es que rápidamente una estrella se iba acercando en dirección de la Luna.

En ese momento una nube oscureció la noche y el resplandor de la Luna quedó oculto por unos minutos. Nosotros no dejamos de ver hacía arriba. Notamos un cierto resplandor atrás de las nubes y cuando se despejó vimos que a la Luna le faltaba un pedazo. Ya no era redonda. Estaba como sí alguien le hubiera dado una mordida, pero no lo que pasa es que la estrella se acercó tanto que le arrancó un pedazo a la Luna.

Bueno eso creí desde entonces aunque ya de grande me enteré que cuando la luna empieza a mostrarse cada vez más después de pasar por lo que se le conoce como Luna Nueva se ve como sí le hubieran dado una mordida, inclusive hay veces que parece la risa del gato de Alicia en el País de las Maravillas o como decía Sussy, la amiga de mi mamita; “Parece una uñita que me corté”.

Pero no, Pame y yo sabemos lo que pasó aquella noche.

Una estrella le rompió un pedazo a la Luna

Autor: Norberto Villegas Bobadilla