…A ti destino
te pregunto, mil veces te pregunto
por qué pones ante mí la primavera
por qué llenas mis ojos de arco iris
y en mis labios, esa miel… que tanto anhelan.
Eres cruel, en verdad, eres cruel
te diviertes y te sonríes satisfecho,
gozas cada vez que me arrebatas
el amor y me hundes… en la tristeza.
No quiero que me embriagues de espejismos,
no quiero saciar mi sed en tus aguas pestilentes,
corrompidas, estancadas… en el pozo de tu indiferencia.
Déjame que vague, deja que me acomode a la soledad,
deja que me abrace a ella… Deja que acepte mi sino.
Deja que baje el telón de este teatro de marionetas;
deja ya de decirme…
¡¡La función debe continuar!!